miércoles, 27 de enero de 2010

Democracia de papel

En el juego chileno de la propaganda millonaria y las elecciones “limpias”, sólo participa un 59% de la población mayor de 18 años. Esto hace que en realidad, el nuevo Presidente de la República sea elegido con el 30% del total del país.

La crisis de la democracia en Chile no es la única en el continente americano: los índices de corrupción en la zona son uno de los más altos del mundo, debido principalmente a esa extraña mezcla de política y negocios, lobby, agentes extranjeros, acciones y secreto bancario. Esto hace que la política goce de un alto desprestigio no sólo en Chile, sino en otros países importantes de América, como Argentina, Perú, México y Colombia, todos países donde hay gobiernos de derecha.

En Chile, además de la corrupción, tenemos un sistema político excluyente muy parecido a un club de millonarios. Ser candidato (y tener posibilidades) implica tener padrinos con millones para la campaña a los que después, obviamente, se les tiene que devolver los favores. Nuevamente, esa extraña mezcla de política y negocios. Por eso, un 31% de los jóvenes mayores de 18 años (3.643.742 ciudadanos) decide no participar en las elecciones ni creer en esta democracia representativa.

Veamos más cifras: Piñera fue elegido con 3.582.800 votos de un total de 6.937.519 electores inscritos; en la próxima elección, debido a la nueva ley de inscripción automática, ese total de electores será por fin la cifra real de personas en condiciones de votar: 11.754.007 ciudadanos. Si tomamos esta última cifra como la más cercana a la realidad del país, saliéndonos de los estrechos márgenes del binominalismo y la inscripción voluntaria, Piñera estaría en estos momentos representando a sólo el 30,48% de la población chilena.

Algunos analistas agregan más datos: en la primera vuelta, se registró un 12,8% de abstención, 1.038.114 personas, a las que se suman 284.369 que votaron en blanco (85.014) o nulo (199.355). Cifras que se acumulan en la vereda contraria a Piñera y a todo el sistema político en general. Y no es una cifra menor: sumando a los no inscritos, inscritos renuentes a votar y quienes votan blanco/nulo, nos encontramos con que el 41% de la población chilena apta para elegir su presidente no cree / no se identifica / no participa en el sistema de democracia partidaria-representativa impuesta por la Constitución de Pinochet en 1980.

En números simples, 4 de cada 10 chilenos no está participando en el show de Piñera y la Concertación. Ahora, si llevamos estos números a la lupa internacional, nos daremos cuenta que el índice de la no participación electoral en Chile es semejante al registrado en Honduras en la reciente elección post-Golpe de Estado, proceso que no fue reconocido por ninguno de los países del Mercosur y que en varios países de Europa ha sido catalogado como una “parodia” electoral, entre otras cosas por la baja participación.

LA ENCUESTA SILENCIADA: GLOBE SCAN, DE LA BBC

En medio del ajetreo electoral, una encuestra venida desde Inglaterra pasó desapercibida por la prensa oficial y privada. Se trataba del estudio internacional de la compañía británica GlobeScan, encargado por la BBC para conmemorar en noviembre pasado los 20 años de la la caída del Muro de Berlín.

De un total de 29.033 encuestados en 27 países, los chilenos aparecieron liderando las opiniones que querían un gobierno más activo en el control del capitalismo salvaje. 9 de cada 10 ciudadanos pidieron más acción gubernamental en la redistribución de la riqueza, mientras un 84% pidió más acción del gobierno en la regulación del capitalismo y un 72% se manifestó incluso por más propiedades estatales en la economía.

Otras cifras del estudio británico en Chile nos muestran un interesante panorama, sobre todo tras confirmarse el triunfo de la Derecha en el país:

Un 91% de los chilenos opinó que el gobierno debe tener un rol más activo en la distribución de la riqueza, mientras un 5% apoya un papel menos activo y un 3% prefiere el rol actual.

En tanto, un 84% pidió mayor presencia del gobierno en la actividad reguladora del capitalismo, un 9% un rol menor y un 3% apoyó el papel actual; un 72% reclamó más control gubernamental en industrias importantes como la energía, el agua, la minería, mientras sólo un 11% se manifestó por menos control y un 9% por el actual sistema.

Por último, un 59% de los chilenos dijo que el colapso de la Unión Soviética fue positivo, mientras un 11% estimó que fue malo y un 30% no ofreció respuestas (no sabe / no responde); y un 48% declaró que el capitalismo neoliberal de libre mercado desregulado tiene graves problemas que se deben resolver con más regulación y reformas, un 20% cree que se necesita un sistema distinto y apenas un 5% apoyó al mercado libre como el único sistema posible.


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